Los esquemas de acción son patrones repetitivos de comportamiento que los niños realizan de forma natural mientras...
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Disciplina positiva
Disciplina positiva: una mirada respetuosa hacia la convivencia escolar
La disciplina positiva es un enfoque educativo que promueve una convivencia escolar basada en el respeto mutuo, la empatía y la conexión emocional. A diferencia de los modelos autoritarios o permisivos, esta propuesta se centra en enseñar habilidades para la vida a través de relaciones sanas y límites claros. Su objetivo no es castigar ni controlar, sino guiar y acompañar a niños y niñas para que desarrollen autonomía, responsabilidad y conciencia social.
En un contexto donde los desafíos vinculados a la convivencia y la salud emocional en las escuelas son cada vez más frecuentes, la disciplina positiva se presenta como una alternativa efectiva, humanizante y profundamente transformadora. Al priorizar el vínculo, la escucha activa y la comprensión del comportamiento como una forma de comunicación, este enfoque construye entornos seguros y contenedores, donde todos los integrantes de la comunidad educativa pueden florecer.
Disciplina positiva: principios y fundamentos clave
Los fundamentos de la disciplina positiva provienen de las teorías de Alfred Adler y Rudolf Dreikurs, quienes sostenían que todo comportamiento tiene un propósito y que los niños necesitan sentirse conectados, significativos y capaces dentro de sus grupos. Desde esta mirada, los errores se conciben como oportunidades de aprendizaje, y los adultos como guías firmes y amables a la vez.
Entre sus principios fundamentales destacan:
La búsqueda de pertenencia y significado.
La firmeza y la amabilidad al mismo tiempo.
La conexión antes que la corrección.
El enfoque en soluciones, no en castigos.
El desarrollo de habilidades para la vida.
Aplicar la disciplina positiva en el aula implica cambiar paradigmas arraigados. Supone abandonar el modelo sancionador y centrarse en comprender las necesidades que subyacen a las conductas. Esto requiere formación docente, acompañamiento institucional y una cultura escolar comprometida con el bienestar integral.
Disciplina positiva: estrategias prácticas para el aula
Implementar la disciplina positiva no es una receta única, sino un camino que se construye con herramientas concretas y reflexiones profundas. Algunas estrategias clave incluyen:
Establecer rutinas claras y consensuadas.
Practicar la escucha activa y la validación emocional.
Utilizar el diálogo como herramienta de resolución de conflictos.
Fomentar la participación de los estudiantes en la construcción de normas.
Aplicar consecuencias naturales y lógicas, en lugar de castigos arbitrarios.
Estas acciones permiten desarrollar un clima de aula basado en el respeto, donde los estudiantes se sienten valorados, escuchados y motivados. La disciplina positiva no solo mejora la convivencia, sino que también impacta positivamente en el aprendizaje, ya que reduce el estrés, mejora la concentración y fortalece la autoestima.
La disciplina positiva es mucho más que una técnica de gestión del comportamiento: es una filosofía educativa centrada en el desarrollo integral de las personas. Al promover relaciones respetuosas y entornos seguros, ofrece una respuesta eficaz y coherente a los desafíos actuales en la educación. Su implementación requiere compromiso, formación y tiempo, pero los resultados son duraderos y profundamente significativos para toda la comunidad escolar.
Yo soy Jenny, maestra de profesión (y por pasión). Actualmente me dedico a acompañar y formar a profesionales de la educación inquietos, con ganas de cambiar la imagen y miradas en y hacia la escuela y la infancia. Me he especializado en psicomotricidad, neuropsicología y métodos de investigación en la innovación curricular. Me formé en educación viva y he podido llevar a cabo toda esta transformación en diferentes proyectos de educación viva en los que he participado como acompañante.
Soy mamá de Leo, de 2 años y de Emma, que nació el pasado agosto. Si mi mirada hacia la educación ya era transformadora y revolucionaria antes de nacer mi hijo, ahora ya es totalmente radical. Algo no se está haciendo bien, y mis inquietudes me llevan a acompañar el cambio de mirada y a despertar consciencias.
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