Un trabajo globalizado en infantil y primeras etapas de primaria se basa en la integración de los diferentes contenidos, áreas y competencias que se trabajan en el currículo, de forma que se ofrezca a los niños una visión más coherente y significativa de la realidad. Un trabajo globalizado implica partir de los intereses y las necesidades de los niños, ofrecerles situaciones de aprendizaje variadas y motivadoras, favorecer su participación activa y su autonomía, y promover el desarrollo de las habilidades sociales, lingüísticas, cognitivas, emocionales y creativas.

El trabajo globalizado supone también una apertura al entorno y a la diversidad cultural, aprovechando los recursos y las oportunidades que ofrece el contexto para enriquecer el aprendizaje. Asimismo, implica una coordinación y una colaboración entre el profesorado, las familias y otros agentes educativos, para garantizar una atención personalizada y una respuesta adecuada a las características y al ritmo de cada niño.

Para llevar a cabo un trabajo globalizado, se pueden utilizar diversas estrategias metodológicas, lo importante es que estas estrategias permitan a los niños construir sus propios conocimientos, explorar sus posibilidades, expresar sus ideas, compartir sus experiencias, resolver problemas y disfrutar del aprendizaje.

Cuando hablamos de microespacios y trabajo globalizado, debemos entender que se rompen las barreras de los rincones entendidos hasta ahora, que proponían zonas especializadas por áreas, en muchos casos. Así, hasta ahora hemos visto rincones de juego simbólico, de construcciones, de lenguaje matemático, de lectoescritura… esta es una diferenciación propiamente adulta, porque las criaturas, hasta los 7 años, lo viven todo de forma global, así que hay que generarles un espacio que les permita explorar y expandir todo su pensamiento, sin límites espaciales que impidan o limiten.

El aprendizaje globalizado surge de la idea de que los niños aprenden mejor cuando se les ofrece una visión integral y holística de la realidad, en la que se integran y relacionan las diferentes áreas del conocimiento. El aprendizaje globalizado no se centra en los contenidos aislados o fragmentados, sino en las competencias básicas que los niños deben desarrollar para comprender y actuar en el mundo. El aprendizaje globalizado favorece el desarrollo cognitivo, emocional, social y moral de los niños, respetando sus ritmos, intereses y necesidades individuales. El aprendizaje globalizado también implica una participación activa y cooperativa de los niños en el proceso educativo, así como una evaluación continua y formativa que oriente y retroalimente el aprendizaje. El papel del docente en el aprendizaje globalizado es el de facilitador, guía y mediador, que propone retos, problemas y proyectos que estimulen el pensamiento crítico, creativo y reflexivo de los niños. El aprendizaje globalizado se apoya en diversas metodologías activas, lúdicas e innovadoras, que fomentan la motivación, la autonomía y la autoestima de los niños.

Llegados a este punto, necesito hablar de dos conceptos que son de gran relevancia en este apartado, que es la fuerza vital interna de María Montessori, y el impulso vital de Rudolf Steiner.

Fuerza vital interna de Montessori

El concepto de “horme” es un elemento clave en la filosofía educativa de Montessori. María Montessori utilizó este término, derivado del griego, para describir una fuerza vital interna o impulso innato que motiva el desarrollo y el aprendizaje en los seres humanos. Según Montessori, el horme es un impulso natural que guía a los niños hacia actividades y experiencias que son esenciales para su desarrollo y aprendizaje.

Esta idea se basa en la observación de que las criaturas tienen una tendencia innata a explorar, experimentar y aprender sobre su entorno. Montessori creía que los educadores y progenitores deben reconocer y apoyar esta fuerza interna, proporcionando un ambiente preparado que sea estimulante, seguro y adaptado a las necesidades y el nivel de desarrollo del niño.

El concepto de horme se relaciona con varias características clave de la educación Montessori:

  • Ambiente preparado: Los ambientes Montessori están cuidadosamente diseñados para fomentar la independencia, la libertad con límites y el respeto por el aprendizaje natural del niño. Este entorno permite que el hombre se manifieste de forma natural, ya que los niños pueden elegir actividades que les interesen y trabajar en ellas durante el tiempo que necesiten.
  • Materiales didácticos específicos: Los materiales Montessori están diseñados para ser auto-correctivos y estéticamente atractivos, estimulando el hombre al invitar a los niños a explorar y aprender a través de la manipulación y la experimentación.
  • Rol de la persona adulta: En lugar de ser el centro de atención, el educador Montessori actúa como guía o facilitador, observando y apoyando el desarrollo natural del niño. El educador debe ser sensible al hombre de cada niño, ayudando a dirigir su energía hacia actividades productivas y significativas.
  • Periodos Sensibles: Montessori identificó “periodos sensibles” en el desarrollo infantil, durante los cuales los niños muestran una gran capacidad y deseo de adquirir ciertas habilidades o conocimientos. El hombre se manifiesta particularmente durante estos períodos, impulsando al niño a enfocarse intensamente en ciertas actividades que corresponden a sus necesidades de desarrollo.

En resumen, el concepto de hombre en la filosofía Montessori es fundamental para entender cómo los niños se motivan y aprenden de forma natural. Reconociendo y apoyando esta fuerza interna, los educadores y padres pueden ayudar a los niños a alcanzar su máximo potencial de desarrollo y aprendizaje.

El impulso vital de Rudolf Steiner

La idea de “impulso vital” en la pedagogía de Rudolf Steiner es un aspecto central de su enfoque educativo, conocido como educación Waldorf. Steiner, quien fue un filósofo, educador y fundador de la antroposofía, desarrolló un enfoque holístico para la educación que se basa en su comprensión del desarrollo humano.

A continuación, profundizaré en algunos de los aspectos clave de la idea de impulso vital según Steiner:

  • Desarrollo integral del Ser Humano: Steiner enfatizaba la importancia de considerar todos los aspectos del ser humano en la educación: físico, emocional, intelectual y espiritual. Según Steiner, estos aspectos están interconectados y deben desarrollarse de forma armoniosa. El impulso vital se refiere a la energía o fuerza que impulsa ese desarrollo integral.
  • Etapas de desarrollo: Steiner dividió el desarrollo humano en tres etapas de aproximadamente siete años cada una. Cada etapa tiene características específicas y necesidades de desarrollo.
    • De 0 a 7 años: En esta etapa, el enfoque está en el desarrollo físico y la imitación. Los niños aprenden principalmente a través del juego y de la imitación de los adultos. El impulso vital se manifiesta en la curiosidad y el deseo de explorar el mundo físico.
    • De 7 a 14 años: Aquí el énfasis está en el desarrollo emocional y artístico. Los niños están introducidos en las artes, la música y los mitos, lo que fomenta una rica vida interior y emocional. El impulso vital en esta etapa impulsa la imaginación y la creatividad.
    • De 14 años en adelante: En esta etapa, el enfoque se desplaza hacia el desarrollo intelectual y el pensamiento crítico. Los adolescentes están alentados a explorar ideas abstractas ya desarrollar su propio juicio y pensamiento independiente.
  • Educación como extensión de la vida interior: Steiner creía que la educación debe ser una extensión natural de la vida interior del niño. La tarea del educador es guiar y apoyar el desarrollo del impulso vital de cada niño, ofreciendo experiencias educativas que extiende en armonía con sus etapas de desarrollo.
  • Enfoque en la creatividad y la imaginación: La educación Waldorf pone un gran énfasis en las artes, la música y la creatividad. Steiner consideraba que estas actividades no sólo enriquecen la vida emocional y espiritual de los niños, sino que también son cruciales para el desarrollo de su pensamiento crítico y habilidades cognitivas.
  • Conexión con la Naturaleza y el Mundo Espiritual: Steiner abogaba por una conexión profunda con la naturaleza y un entendimiento del mundo espiritual. Consideraba que estos elementos eran fundamentales para nutrir el impulso vital y fomentar un sentido de propósito y conexión en los niños.

En resumen, el impulso vital en la pedagogía de Rudolf Steiner se refiere a la fuerza interna que impulsa el desarrollo holístico del niño. A través de un enfoque educativo que respeta y apoya estas fuerzas vitales, la educación Waldorf busca cultivar individuos equilibrados, creativos y con un profundo sentido de conexión con el mundo y consigo mismos.

Es posible establecer una conexión entre la idea de “hormo” de María Montessori y los “impulsos vitales” según la filosofía educativa de Rudolf Steiner, fundador de la pedagogía Waldorf. Aunque Montessori y Steiner tenían enfoques diferentes en muchos aspectos de la educación, ambos reconocieron la importancia de ciertas fuerzas internas o impulsos en el desarrollo del niño.

Ambos enfoques reconocen la existencia de fuerzas internas que guían el desarrollo del niño. Sin embargo, la filosofía Waldorf de Steiner incorpora elementos espirituales y artísticos más pronunciados, mientras que Montessori se centra más en el desarrollo cognitivo y sensorial. Ambas filosofías enfatizan la importancia de respetar el desarrollo natural del niño y proporcionar un entorno adecuado para su crecimiento.

Tanto en la pedagogía Montessori como en la Waldorf, hay un énfasis en la educación holística y en el respeto por el desarrollo natural del niño. Ambos enfoques buscan cultivar un aprendizaje que sea congruente con los impulsos o fuerzas internas de los niños, aunque lo hagan de formas distintas.

En conclusión, mientras que la idea de forma de Montessori y los impulsos vitales de Steiner se originan en diferentes tradiciones educativas y tienen sus propias características únicas, ambos conceptos reflejan una comprensión de que los niños son guiados por fuerzas internas en su desarrollo y aprendizaje. Estas ideas han influido en la forma en que educadoras y padres entienden y apoyan el crecimiento y desarrollo infantil.

1.1.        Aprender globalmente: un enfoque que parte de la curiosidad

En la sociedad del siglo XXI podríamos decir que es necesario pensar en un enfoque global para la adquisición del conocimiento. Una sociedad del conocimiento y la información en la que necesitamos pensar conjuntamente y unir esfuerzos.

Las pedagogías globalizadas surgen hace muchos años, cuando empezó a ponerse en entredicho planteamientos constructivistas como insuficientes. Esta globalidad se centra más en un proceso transdisciplinar que interdisciplinar.

Desde nuestro paradigma, el enfoque globalizado parte de las necesidades auténticas de las criaturas a las que se quiere dar respuesta a través de unos materiales y espacios organizados y cuidadosamente planificados.

Defendemos que el enfoque globalizado no deja de poner en el centro al niño, con sus posibilidades, capacidades y diversidades; centrándose en lo que necesita, le motiva y desea hacer.

Un planteamiento pedagógico que busca naturalizar los procesos de aprendizaje, aislando situaciones artificiales creadas y surgidas de la necesidad de la persona adulta.

Entendemos que los niños nacen con la necesidad de aprendizaje, un deseo interno que busca ser respondido. La conexión de los niños con esta necesidad interior es nuestra finalidad.

Así, los niños exploran el mundo con todos sus sentidos, buscan el significado a través de todo su conocimiento, de forma global y no fragmentada.

Entender cómo se aprende es aceptar que la educación debe ser un fenómeno global, entendiendo todo el conjunto y teniendo en cuenta todas sus partes.

Los primeros siete años de vida son necesariamente exploratorios y sensoriales; necesitamos preservar y proteger esta parte tan natural de ese momento, ya que sin ella, el pensamiento más concreto y abstracto que vendrá a continuación, se desarrollará con dificultades. Desde esta formación entendemos que los 7 primeros años forman parte de la educación infantil y la forma de abordar el aprendizaje debe ser de la misma forma, caminando progresivamente hacia la transición en primaria, que se hace de forma natural si se deja el tiempo que necesita.

Nuestro mayor esfuerzo debe ser desarrollar seres humanos libres que sean capazos de impartir un propósito y dirección a sus vidas. La necesidad de imaginación, un sentido de la verdad y un sentimiento de responsabilidad: estas tres fuerzas son el nervio de la educación.

(Rudolf Steiner)

Me gustaría remarcar que la educación debería volver a buscar los ideales de la antigua Grecia y Roma, donde se buscaba el equilibrio y armonía del ser humano, acompañando su proceso de desarrollo. Fue en la edad Media donde apareció la figura de la persona que sabe, y el saber se convirtió en saber. Pero no es más sabio el que más sabe, sino el que se desenvuelve por la vida con mayor conciencia y coherencia. Así que defiendo firmemente una educación que despliegue el potencial humano, más que llene de conocimientos.

Inquietudes y dudas sobre el aprendizaje guiado por el niño

Cuando se expone el trabajo por microespacios como una manera de dejar que la criatura se escuche y actúe de acuerdo con esas fuerzas interiores, se despierta una preocupación en profesionales de la educación y familias, una inquietud que tiene que ver con el hecho de aprender. Y es que venimos de una tradición didáctica y pedagógica que pone a la persona adulta como la responsable de generar aprendizajes y conocimientos en los niños y las niñas. Esta filosofía de los microespacios plantea que no es necesario enseñar nada antes de los 7 años, ya que todo lo que pueden conquistar se encuentra en su interior y en el ambiente preparado.

El aprendizaje autodirigido por el niño parte de la idea de que cada niño y niña es un ser curioso y creativo, capaz de aprender por sí mismo si se le ofrece un ambiente rico, seguro y respetuoso. El papel de la persona adulta no es impartir conocimientos, sino acompañar y facilitar el proceso de aprendizaje, siguiendo el ritmo y los intereses de cada niño y niña. El aprendizaje autodirigido por el niño implica confiar en sus capacidades, potenciar su autonomía y fomentar su autoestima. Algunos beneficios de esta propuesta son:

  • El niño y la niña desarrollan un sentido de agencia sobre su propio aprendizaje, lo que les motiva a seguir explorando y descubriendo.
  • El niño y la niña construyen conocimientos significativos, que se relacionan con sus vivencias, necesidades y deseos.
  • El niño y la niña aprenden a regular su actividad, a tomar decisiones, a resolver problemas y a gestionar sus emociones.
  • El niño y la niña desarrollan habilidades sociales, como la comunicación, la colaboración, el respeto y la empatía.

El aprendizaje autodirigido por el niño no es una forma de dejar que hagan lo que quieran, sino de ofrecerles oportunidades para que hagan lo que pueden y quieren hacer, siempre dentro de unos límites y normas que garanticen su seguridad y la convivencia. Es una forma de educar que respeta la naturaleza del niño y la niña, y que los prepara para ser ciudadanos activos, responsables y felices.

1.2.        Los microespacios

Se trata de una forma de organización del aula y gestión del grupo, que se basa en ofrecer un espacio preparado, lleno de estímulos sensoriales y retos cognitivos para que las criaturas puedan investigar, explorar y jugar desde la libertad de acción y, así, crear su propio pensamiento. El lenguaje de los microespacios está globalizado, ofreciendo posibilidades infinitas y propuestas perdurables en el tiempo. Huyen de las dos dimensiones y de pensamientos demasiado abstractos, la abstracción se conquista desde la exploración y el juego libre.

Trabajar por microespacios en un contexto educativo, especialmente en la educación infantil, implica organizar el aula en diferentes zonas o áreas pequeñas, cada una dedicada a una actividad o tipo de aprendizaje específico. Esta metodología se basa en la idea de que los niños aprenden mejor en un entorno que ofrece una variedad de experiencias educativas en un espacio estructurado y bien pensado.

Concepto de Microespacios

Definición: Los microespacios son áreas pequeñas y claramente definidas en el aula dedicadas a diferentes tipos de juego y aprendizaje.

Propósito: Cada microespacio está diseñado para fomentar un conjunto específico de habilidades o conocimientos, y permite a los niños explorar, experimentar y aprender de forma autónoma y guiada.

Características de los Microespacios

  • Diversidad de experiencias: Cada microespacio ofrece una experiencia de aprendizaje única, ya sea a través del juego simbólico, la construcción, el arte, la lectura, la ciencia, etc.
  • Organización y estructura: Los microespacios están organizados de forma que sean accesibles y comprensibles por las criaturas, con materiales y recursos adecuados a su edad y desarrollo.
  • Flexibilidad: Aunque cada espacio tiene un propósito definido, son suficientemente flexibles para permitir la creatividad y la exploración personal de los niños.

Beneficios de Trabajar por Microespacios

  • Autonomía de las criaturas: Los niños escogen libremente en qué microespacio quieren trabajar, fomentando su independencia y toma de decisiones.
  • Desarrollo integral: Los diferentes microespacios abordan diversas áreas del desarrollo infantil, incluyendo cognitivo, físico, social, emocional y lingüístico.
  • Aprendizaje personalizado: Cada niño puede explorar y aprender a su propio ritmo, lo que permite un enfoque más personalizado del aprendizaje.

Implementación en el aula

  • Diseño del aula: El aula se divide en varias zonas pequeñas, cada una de ellas con materiales y recursos específicos.
  • Rol de la persona adulta: El educador actúa como facilitador, observando y apoyando el aprendizaje en los diferentes microespacios, y proveyendo orientación cuando es necesario.
  • Integración curricular: Aunque los espacios están físicamente separados, el currículum y las actividades están diseñados para integrar y conectar las experiencias de aprendizaje entre los diferentes espacios.

Fundamentos teóricos y científicos de los microespacios

Trabajar por microespacios en un aula de educación infantil ofrece un entorno rico y estimulante que respeta y fomenta el desarrollo natural de los niños, permitiendo explorar una variedad de actividades y aprendizajes de forma autónoma ya su propio ritmo. Esta metodología es coherente con enfoques educativos modernos que valoran la autonomía del niño, el aprendizaje basado en el juego y la exploración y la importancia de crear un ambiente de aprendizaje inclusivo y diverso.

El trabajo en microespacios en educación infantil se basa en diversas teorías educativas y hallazgos de investigación que destacan la importancia del entorno de aprendizaje, la autonomía del niño y el aprendizaje a través del juego. Algunas de las teorías e investigaciones más relevantes son:

1. Teoría del aprendizaje constructivista (Jean Piaget)

El aprendizaje es un proceso activo donde los niños y niñas construyen conocimiento a través de la exploración y la interacción con el entorno.

Aplicación a Microespacios: Los niños aprenden mejor cuando interactúan activamente con su entorno y materiales, lo que es una característica clave de los microespacios.

2. Teoría sociocultural (Lev Vygotsky)

El desarrollo cognitivo se realiza a través de las interacciones sociales y la cultura.

Aplicación a Microespacios: Los microespacios fomentan la interacción social y el aprendizaje colaborativo, aspectos fundamentales de esta teoría.

3. Investigaciones sobre aprendizaje basado en el juego

El aprendizaje basado en el juego es efectivo para el desarrollo cognitivo, lingüístico y socioemocional de los niños.

Aplicación a Microespacios: Los microespacios ofrecen un entorno propicio para el aprendizaje lúdico, permitiendo a los niños explorar y aprender a través del juego.

4. Educación Montessori

Enfatiza el aprendizaje autodirigido, el ambiente preparado y el rol del educador como guía.

Aplicación a Microespacios: La organización del aula en microespacios refleja el enfoque Montessori de proporcionar un ambiente preparado que fomente la autonomía y el aprendizaje autodirigido.

5. Teoría de las inteligencias múltiples (Howard Gardner)

Plantea que existen diferentes tipos de inteligencias y formas de aprender.

Aplicación a Microespacios: Al ofrecer una variedad de actividades y materiales, los microespacios pueden atender a las diferentes inteligencias y estilos de aprendizaje de los niños.

6. Enfoque Reggio Emilia

Centrado en la idea de que los niños y niñas son capaces de construir su propio aprendizaje.

Aplicación a Microespacios: Los niños son vistos como protagonistas de su aprendizaje, explorando libremente en un ambiente enriquecido.

7. Investigaciones sobre el desarrollo del cerebro infantil

Las experiencias tempranas y el entorno desempeñan un papel crucial en el desarrollo del cerebro infantil.

Aplicación a Microespacios: Un entorno de aprendizaje rico y diverso, como el ofrecido por los microespacios, apoya el desarrollo cerebral óptimo.

BASES NEUROPSICOLÓGICASAPLICACIÓN A LOS MICROESPACIOS
Desarrollo cerebral en la primera infanciaLos entornos estimulantes y variados apoyan el óptimo desarrollo del cerebro.
Importancia del juego en el desarrollo neurológico  El juego es esencial para el desarrollo de habilidades cognitivas, motoras y socioemocionales. A través del juego en distintos microespacios, se fomenta un desarrollo neurológico integral.
Aprendizaje sensorial y motor  El aprendizaje en la primera infancia está profundamente ligado a las experiencias sensoriales y motoras. Los microespacios proporcionan diversas experiencias sensoriales y motoras que apoyan el aprendizaje.
Conexiones sinápticas y experiencias de aprendizaje  Las experiencias tempranas influyen en la formación y fortalecimiento de conexiones sinápticas al cerebro. Una variedad de experiencias de aprendizaje en los microespacios enriquece el desarrollo cerebral.
Zona de desarrollo cercano (ZDP)  Concepto de Vygotsky que hace referencia a la diferencia entre lo que un niño puede hacer solo y lo que puede hacer con ayuda. Las personas adultas pueden intervenir adecuadamente en los microespacios para apoyar el aprendizaje en la ZDP de cada criatura.

Principios pedagógicos de los microespacios

Los microespacios preparados, ante todo, son unas zonas de acción y exploración pensadas para cubrir las necesidades e intereses de los niños de las edades que acoge. Para poder dar respuesta a estas necesidades e intereses es imprescindible crear un ambiente donde los niños y niñas puedan actuar en libertad y, por tanto, actuar de forma espontánea y autónoma.

  • En los microespacios, las criaturas pueden desarrollarse en todas sus dimensiones (cognitiva, psicológica, emocional, espiritual, social…).
  • A nivel social, convivir niños y niñas de diferentes edades (entre los 2 y los 7 años) permite establecer vínculos y relaciones diferentes; los mayores ayudan a los pequeños y se crea un clima de respeto. Todas pasan por ser pequeñas, medianas y grandes, esto da mucho sentido de comunidad.
  • Los microespacios que recogen el momento evolutivo de los niños, así como sus motivaciones, permiten conquistar la concentración en las actividades que desarrollan. Esto es posible gracias a la libertad de circulación y elección en el ambiente. Cuando el niño decide con qué ocupar su tiempo y qué objetos manipula y las actividades que desarrolla, esta concentración surge, permitiendo a la criatura desarrollarse en plenitud.
  • Facilita la expansión del ser en vías de desarrollo al reducir los obstáculos. El adulto recoge las necesidades e intereses de los niños y niñas y no se convierte en un obstáculo para el desarrollo.
  • El mobiliario está colocado para acompañar la actividad, pero siempre abierto a modificaciones que puedan realizar las criaturas en sus exploraciones.
  • Los materiales están ubicados al alcance de los niños y niñas y también están adaptados y pensados para ser utilizados por manos infantiles.
  • El orden, organización y presentación de los materiales facilita la autonomía y la autorregulación. Esta presentación debe ser cuidadosa y estéticamente hermosa, para atraer y provocar.
  • Propuestas y retos a su alcance, que se mantienen durante un tiempo prudencial (pueden ser días, meses o todo el curso). Retos que enganchan y motivan a hacerse preguntas. A veces el reto se presenta, otras es el espacio o la presentación del material en sí.

Indicadores de calidad de los microespacios

A continuación, se presenta una parrilla donde se pueden ver diferentes indicadores para hacer una escala de valoración del 1 al 5. Se trata de reflexionar sobre el momento actual de los microespacios y valorar qué aspectos hay que mejorar y en qué.

INDICADORES DE CALIDAD DE LOS MICROESPACIOS12345
Las criaturas tienen la posibilidad de elegir dónde quieren ir     
Las propuestas y materiales están pensados para hacer de forma autónoma     
Se ofrece libertad de movimiento/circulación     
Se respeta la necesidad de repetición de las criaturas     
La organización del ambiente ofrece diferentes tipos de lenguajes     
Las propuestas están abiertas y engloban diferentes disciplinas     
Dentro de un ambiente / microespacio se da respuesta a todas las necesidades auténticas     
Las propuestas y materiales ofrecen retos reales que te llevan a un propósito     
El material y el diseño del espacio ya generan un reto en sí mismo     
Los retos permiten a las criaturas ser conscientes de su proceso de aprendizaje     
El rol del adulto es acompañar sin interferencias.     
Se realizan preguntas adecuadas en los momentos adecuados.     

¿De dónde surgen los microespacios? Partir de las necesidades de las criaturas

Una de las formas de partir de las necesidades de los niños y niñas para organizar y diseñar el espacio es observar sus intereses, motivaciones y curiosidades. El adulto puede crear microespacios que se adapten a las distintas formas de explorar, experimentar y expresarse de los niños y niñas, ofreciendo materiales variados, flexibles y ricos en posibilidades.

Las necesidades que vamos a cubrir se refieren a autonomía, seguridad, imitación, creación y construcción, manipulación y exploración, contacto con la naturaleza y movimiento.

Para dar respuesta a estas necesidades, se pueden crear microespacios que ofrezcan a los niños y niñas oportunidades de explorar, experimentar y expresarse según sus intereses y motivaciones:

  • Espacios para la autonomía: lugares donde los niños y niñas puedan elegir qué hacer, con quién y cómo, sin depender de la intervención de los adultos. Por ejemplo, una zona de acceso libre a materiales diversos, una biblioteca infantil, un rincón de relax o un espacio de juego libre.
  • Espacios para la seguridad: lugares donde los niños y niñas se sientan protegidos, acogidos y respetados, donde puedan encontrar refugio, intimidad y calma. Por ejemplo, una cueva de tela, un cojín gigante, una alfombra suave o una cesta con mantas. También hace referencia a la seguridad que ofrece una estructura del día a día que sea lógica y coherente y al rol de la persona adulta.
  • Espacios para la imitación: lugares donde los niños y niñas puedan recrear situaciones cotidianas, asumir roles y representar escenas de su vida familiar, social o cultural. Por ejemplo, una cocina, una tienda, un hospital, un taller o una granja.
  • Espacios para la manipulación y la exploración: lugares donde los niños y niñas puedan descubrir las propiedades de los objetos, experimentar con los sentidos, clasificar, ordenar, comparar, medir, etc. Por ejemplo, una mesa de luz, una caja de arena, un panel magnético, una bandeja de semillas o una mesa de agua.
  • Espacios para el contacto con la naturaleza: lugares donde los niños y niñas puedan observar, cuidar y disfrutar de los elementos naturales, como plantas, animales, rocas, agua, aire, etc. Por ejemplo, un huerto, una pecera, una estación meteorológica, una colección de piedras o un terrario.
  • Espacios para el movimiento: lugares donde los niños y niñas puedan desarrollar sus habilidades motrices, coordinar su cuerpo, equilibrar, saltar, trepar, rodar, etc. Por ejemplo, un circuito de psicomotricidad, un túnel, una escalera, una hamaca o una colchoneta.

En realidad, se pueden dar respuesta a estas necesidades desde lenguajes muy variados y espacios diferentes, por eso hablamos de globalidad y aprendizaje real, porque nada se cierra a un único microespacio; ya nos desviamos de la idea de que el juego simbólico se da en el espacio o rincón de la casita y nos vamos a construir una imagen más compleja de esta necesidad de imitación desde diferentes paradigmas y momentos. En el documento “Necesidades 2-6 y cómo cubrirlas” encontrarás una lista exhaustiva (pero no acabada, os invita a seguir reflexionando) de estas necesidades y cómo se dan respuesta desde diferentes lenguajes.

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.