El concepto del ambiente preparado es central en la pedagogía Montessori, una metodología educativa desarrollada por la Dra. María Montessori a principios del siglo XX. Este enfoque enfatiza la importancia de crear un espacio educativo que responda a las necesidades del desarrollo de los niños.
El Ambiente Preparado, antes de nada, es un espacio pensado para cubrir las necesidades e intereses de los niños y niñas de las edades que acoge. Para poder dar respuesta a estas necesidades e intereses es imprescindible crear un ambiente en el que los niños y las niñas puedan actuar en libertad y, por lo tanto, actuar de forma espontánea y autónoma.
En este ambiente, el niño puede desarrollarse en todas sus dimensiones (cognitiva, psicológica, emocional, espiritual, social…).
A nivel social, el convivir niños y niñas de edades diferentes (entre los 3 y los 6 años), permite establecer vínculos y relaciones diferentes; los mayores ayudan a los pequeños y se crea un clima de respeto.
El Ambiente, que recoge el momento evolutivo de los niños, así como sus motivaciones, permite a éstos conquistar la concentración en las actividades que desarrollan. Esto es posible gracias a la libertad de circulación y de elección dentro del ambiente. Cuando el niño decide en qué ocupar su tiempo y qué objetos manipula y actividades desarrolla, esta concentración surge, permitiendo al niño desarrollarse en plenitud.
En el Ambiente el mobiliario está adaptado a las necesidades de los niños, en forma y en tamaño; así se encuentran sillas y mesas de tres tamaños distintos, para acoger a niños y niñas de diferentes edades; de la misma manera, las estanterías y otros elementos como el lavabo, son bajitos. Este mobiliario, además, debe ser fuerte pero ligero, para que los niños puedan transportarlos y crear un espacio en el que desarrollar su actividad cómodamente.
Los materiales están ubicados al alcance de los niños y también están adaptados y pensados para ser utilizados por manos infantiles. Además, es limitado, solamente hay un material de cada, para fomentar el desarrollo de la capacidad de espera, respeto y paciencia si quiere un material que está siendo utilizado por otro niño.
Un mobiliario y unos objetos a la medida de los niños permiten que sean autónomos e independientes a la hora de desenvolverse por el ambiente. El orden y la presentación de los materiales también facilitan esta independencia. Además, una característica fundamental de estos materiales es que son auto-corregibles, los propios niños pueden darse cuenta de su error sin necesitar al adulto para ello.
Es en este ambiente preparado en el que el niño, a través de la concentración, alcanza la normalización. Con su actividad y sus experiencias sociales dentro del ambiente desarrolla y crea su propia personalidad.
